Recuerdo una parecida a la penúltima que bajé una vez que me metí donde no debía (un edificio abandonado). Aquello crujía por todos los lados, había ruidos cada dos por tres. Debí de batir algún record cuando la bajé a toda leche para salir de allí lo antes posible.
Recuerdo que de chico fui de excursión al planetario, y allí teníamos que subir una escalera que, no sé por qué, se me antojó interminable y fatal. Me quedé en uno de los descansos a mitad de camino, llorando como un bebé. Buenas imágenes, Tigra. Saludos.
Recuerdo una parecida a la penúltima que bajé una vez que me metí donde no debía (un edificio abandonado). Aquello crujía por todos los lados, había ruidos cada dos por tres. Debí de batir algún record cuando la bajé a toda leche para salir de allí lo antes posible.
ResponderEliminarRecuerdo que de chico fui de excursión al planetario, y allí teníamos que subir una escalera que, no sé por qué, se me antojó interminable y fatal. Me quedé en uno de los descansos a mitad de camino, llorando como un bebé.
ResponderEliminarBuenas imágenes, Tigra.
Saludos.
Hola desde el Traffic Club.
ResponderEliminarVer estas fotos como las estoy viendo yo, es decir, a las dos de la mañana a oscuras da cierto repelús...
¡Nos leemos!
No creo que exista algo que produzca mas miedo en el cine y en la vida real que ver una escaleras que suben sin tener ni idea de a donde conducen
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